La rodilla es una articulación que está formada por tres huesos, dos articulaciones y los músculos, tendones y ligamentos que los unen. Los tres huesos son el fémur (hueso del muslo), la tibia (hueso de la pierna), y la patela (rótula). Las dos articulaciones son la femorotibial (o articulación de la rodilla) y la femororrotuliana (en la que la rótula se desliza contra el fémur). También debemos tener en cuenta al peroné (el hueso más delgado de la pierna) que se articula con la tibia en la parte proximal.
La rodilla está protegida por los músculos isquiotibiales en la cara posterior del muslo y en la parte anterior se ubica el músculo extensor de la rodilla que está formado por los músculos recto femoral y 3 músculos vastos (el músculo vasto medial, vasto latera, y el vasto intermedio) que se unen en el Tendón Rotuliano que se inserta en la tuberosidad tibial.
Los tendones forman parte del tejido conectivo del organismo y trabajan permanentemente en el movimiento del cuerpo, por lo que la demanda sobre ellos está en directa relación con la magnitud y exigencia de la actividad física que se realice. De acuerdo a esto, la Tendinitis Rotuliana corresponde a una alteración estructural en el tendón que une la Rotula con la Tibia y se considera una lesión clásica por sobreuso.
Mecanismo
La contracción del músculo cuadriceps tracciona de los tendones del mecanismo del cuádriceps. Esta acción hace que la rodilla se extienda. La rótula actúa como un punto de apoyo de una palanca para aumentar la fuerza de los músculos del cuadriceps.
El fémur y la tibia actúan como brazos niveladores, distribuyendo la fuerza o la carga en la articulación de la rodilla y los tejidos blandos circundantes. La cantidad de carga puede ser muy importante. Por ejemplo, la carga que soportan las extremidades inferiores (incluido rodilla) son dos a tres veces el peso corporal durante la marcha normal y hasta cinco veces el peso corporal cuando se corre.
Los tendones pueden sufrir deformaciones de hasta un 4% o 5% de su longitud sin problemas, pero cuando el tendón sufre repetidas cargas mecánicas por encima de este límite de elasticidad, se generan microlesiones acumulativas que, con el tiempo, debilitan las estructuras tendinosas, y afectan a la arquitectura del tendón, haciéndolo más blando, desorganizando sus fibras de colágeno y mostrando signos de degeneración y en ocasiones, microrupturas.
Causas
Las causas más frecuentes de este tipo de lesiones son los microtraumatismo por repetición sobre la rodilla, como por ejemplo en saltos y que se da en deportes como el básquet, voley, tenis y fútbol, entre otros. Además, es normal en trotes sobre superficies muy duras, y el uso de calzado deportivo sin la capacidad de absorber impactos adecuadamente. A ello se suma la mala capacidad elástica de la musculatura del muslo (cuádriceps), a lo que se agrega un origen traumático (golpes sobre el tendón).
Estas lesiones se encasillan dentro de una denominación clásica dentro de la traumatología deportiva, que son las llamadas lesiones por sobreuso.
Síntomas
Esta Tendinitis se caracteriza por un dolor en la zona situada entre la rótula y la parte superior-anterior de la tibia y por dificultades a la hora movilizar la rodilla. Se suele acompañar por una sensación de pérdida de fuerza en la articulación y por fuertes molestias al incorporarse tras permanecer sentado.
Si bien cada persona puede experimentar sintomatologías diferentes, las más significativas son:
- Dolor y sensibilidad en el área del tendón rotuliano.
- Hinchazón
- Dolor al saltar, correr o caminar.
- Dolor al doblar o al enderezar la pierna
- Aumento de la sensibilidad por detrás de la rótula.
Dependiendo de la duración de los síntomas puede clasificarse en 1 a 4 estadios, de la siguiente manera:
Estadio 1: el dolor aparece sólo después de la actividad, sin alteración funcional.
Estadio 2: dolor durante y después de la actividad, aunque el paciente sigue siendo capaz de llevar a cabo satisfactoriamente su deporte.
Estadio 3: dolor prolongado durante y después de la actividad, cada vez con mayor dificultad en el desempeño a un nivel satisfactorio.
Estadio 4: rotura completa del tendón que requieren reparación quirúrgica.
Desde que se empiecen a notar las primeras molestias o desde que se produce la lesión y hasta que sea evaluada por un médico hay que mantener la zona afectada en reposo y aplicacando frío con el fin de no agravar las lesión.
Lo importante es esta etapa es:
- Disminuir el edema.
- Calmar el dolor.
- Reducir el espasmo muscular.
- Favorecer la recuperación.
La aplicación de frío local se realizará durante las primeras 24-48 horas desde que se produce la lesión cada 3-4 horas a intervalos de 20 minutos.
Luego comienza el proceso de rehabilitación junto al Kinesiologo para recuerar la funcionalidad de la rodilla y la vuelta a la actividad deportiva.
Hay muchos métodos que te ayudan a no padecer una Tendinitis Rotuliana, empezando por tener unos cuádriceps fortalecidos que actuarán como una armadura evitando que todo el peso de nuestro cuerpo recaiga en la articulación de la rodilla. A la vez es importante una correcta relación entre el cuádriceps (extensores de rodilla) y los isquiotibiales (flexores de rodilla).
El famoso codo de tenista corresponde a una alteración de la inserción de los tendones extensores de la muñeca en una prominencia ósea del extremo distal del húmero (codo) llamado Epicondilo y del cual nace el nombre técnico de Epicondilitis, con el cual también se conoce a esta lesión.
Cuando se usan estos músculos extensores de muñeca una y otra vez, se producen pequeñas micro lesiones en el tendón. Con el tiempo esto lleva a que se presente irritación y dolor en la zona señalada anteriormente, cualquier actividad que involucre la torsión repetitiva de la muñeca puede llevar a esta lesión.
Más allá de ser una lesión común en tenistas existen profesiones, que debido a la repetición de un gesto en concreto, son más propensas a padecer Epicondilitis como pueden ser pintores, mecánicos, obreros o personas que están durante horas con el mouse.
Al realizar un esfuerzo repetitivo con los músculos extensores se produce fatiga muscular lo que lleva a aumentar la tensión en los tendones, y en estos casos, en la inserción de ellos produciendo un daño estructural de las fibras tendinosas.
En el tenis se produce con gran frecuencia, llegando a presentarse entre un 35% a 50% de los jugadores, tanto a nivel amateur como competitivo y es diferente según el nivel de tenis que se tenga. En los jugadores amateur se produce por falla de técnica y en los profesionales por cargas excesivas.
El principal factor que ocasiona esta lesión es la repetición de un gesto en concreto. A lo largo de un partido estamos continuamente repitiendo una serie de golpes, siendo el golpe de revés el que mayor hincapié hace sobre la musculatura del antebrazo.
Una mala técnica en la ejecución del revés es la causante de esas pequeñas micro lesiones en el tendón y, por consiguiente, la inflamación del mismo. A la hora de ejecutarlo tenemos que tener en cuenta una serie de putos que nos evitará padecer la lesión:
- Un error común en principiantes es no mover los pies y golpear de frente. Al comenzar a jugar al tenis uno tienda a pegar de frente siendo de costado la posición correcta para impactar la pelota.
- A la hora de pegar es frecuente ver a jugadores que no separan el brazo del tronco, realizando el golpe con el brazo flexionado, ocasionando así la sobrecarga de la musculatura externa del codo.
- En los jugadores amateurs se produce la lesión al realizar el golpe de revés sin lograr mantener la muñeca fija, se realiza una ligera hiperextensión de ella con la consiguiente sobrecarga de los extensores que se insertan en el codo.
En los profesionales se produce luego del saque, en la desaceleración.
A estas causas hay que sumarle desbalances musculares, mala condición física y poca rotación de tronco. Otro punto a tener en cuenta es el peso de la raqueta, si el peso es menor el antebrazo y el codo absorben la energía procedente de la raqueta, energía que debería ser absorbida por una raqueta con la masa suficiente. Tenemos que buscar una raqueta equilibrada en relación a nuestras características físicas y en base a nuestro tipo de juego.
De forma general, en toda Epicondilitis puede notarse dolor al agarrar objetos, falta de fuerza en el antebrazo, dolor a la presión en el codo en los puntos de inserción de los tendones e impotencia funcional a la hora de apretar la mano a otra persona.
El mejor tratamiento de esta lesión es la prevención, por lo cual es importante corregir los defectos técnicos, realizar una preparación física adecuada al deporte, realizar elongaciones específicas de los extensores y flexores sobre todo al jugar más de lo habitual. Colocar hielo local frente a mínimas molestias y si estas persisten consultar a un especialista ya que hay una directa correlación entre la precocidad del diagnóstico con el tratamiento y una pronta recuperación de la lesión.
El manejo de esta lesión es médico kinésico en cerca de un 90%, reservándose la cirugía para los casos rebeldes.
El tratamiento de estas lesiones se inicia con la suspensión de la actividad física o movimientos repetitivos que intervinieron en su génesis, no siendo necesario el reposo absoluto.
Probablemente no existe deportista profesional, amateur o aficionado que no haya escuchado alguna vez el término Tendinitis Rotuliana.
Anatomía de la rodilla
La rodilla está protegida por los músculos que forman los isquiotibiales en la cara posterior del muslo y el músculo cuádriceps que se encuentra en la cara anterior. Este último está formado por el recto anterior, vasto interno, vasto externo y el crural, que es el que más colabora en la fijación de la rótula y en consecuencia en la alineación del tendón rotuliano. Este tendón tiene una longitud entre 3 y 5 cm y un ancho de 2 cm. Su función es la de transmitir la fuerza generada durante la flexión del cuádriceps.
Los tendones forman parte del tejido conectivo del organismo y trabajan permanentemente en el movimiento del cuerpo, por lo que la demanda sobre ellos está en directa relación con la magnitud y exigencia de la actividad física que se realice. De acuerdo a esto, la Tendinitis Rotuliana corresponde a una alteración estructural en el tendón que une la Rotula con la Tibia y se considera una lesión clásica por sobreuso, ya que forma parte del mecanismo extensor de la rodilla (articulación que recibe carga importante del cuerpo).
Los tendones pueden sufrir deformaciones de hasta un 4% o 5% de su longitud sin problemas, pero cuando el tendón sufre repetidas cargas mecánicas por encima de este límite de elasticidad, se generan microlesiones acumulativas que, con el tiempo, debilitan las estructuras tendinosas, y afectan a la arquitectura del tendón, haciéndolo más blando, desorganizando sus fibras de colágeno y mostrando signos de degeneración y en ocasiones, microrupturas.
Síntomas de la Tendinitis Rotuliana
Esta Tendinitis e caracteriza por un dolor en la zona situada entre la rótula y la parte superior-anterior de la tibia y por dificultades a la hora movilizar la rodilla. Se suele acompañar por una sensación de pérdida de fuerza en la articulación y por fuertes molestias al incorporarse tras permanecer sentado.
Si bien, cada persona puede experimentar sintomatologías diferentes, las más significativas son:
- Dolor y sensibilidad en el área del tendón rotuliano
- Hinchazón
- Dolor al saltar, correr o caminar
- Dolor al doblar o al enderezar la pierna
- Aumento de la sensibilidad por detrás de la rótula
Tratamiento
En el momento de producirse una lesión aguda en la práctica deportiva, debemos seguir una serie de pasos que minimicen los síntomas y molestias que se producen en la fase aguda.
Reposo de la zona afectada.Desde que se empiecen a notar las primeras molestias o desde que se produce la lesión de forma y hasta que sea evaluada por un médico hay que mantener la zona afectada en reposo con el fin de no agravar las lesión.
Aplicar frío local: Esta es la segunda medida, después de la inmovilización de la zona afectada, que hay que tomar por las siguientes razones:
- Disminuye el edema
- Calma el dolor
- Reduce el espasmo muscular
- Favorece la recuperación.
La aplicación de frío local se realizará durante las primeras 24-48 horas desde que se produce la lesión cada 3-4 horas a intervalos de 20 minutos.
Prevención
Hay muchos métodos que te ayudan no padecer una tendinitis rotuliana, empezando por tener unos cuádriceps fortalecidos que actuarán como una armadura evitando que todo el peso de nuestro cuerpo recaiga en la articulación de la rodilla. A la vez es importante una correcta relación entre el cuádriceps (extensor de rodilla) y los isquiotibiales (flexor de rodilla).
Otros puntos importantes: evitar el sobreentrenamiento, cuidar mucho la técnica en la ejecución de cualquier ejercicio, realizar siempre al finalizar el entrenamiento un correcto estiramiento y utiliza siempre un calzado adecuado.