Tendinitis Rotuliana

21-05-2018
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Anatomía de la rodilla

La rodilla es una articulación que está formada por tres huesos, dos articulaciones y los músculos, tendones y ligamentos que los unen. Los tres huesos son el fémur (hueso del muslo), la tibia (hueso de la pierna), y la patela (rótula). Las dos articulaciones son la femorotibial (o articulación de la rodilla) y la femororrotuliana (en la que la rótula se desliza contra el fémur). También debemos tener en cuenta al peroné (el hueso más delgado de la pierna) que se articula con la tibia en la parte proximal. 

La rodilla está protegida por los músculos isquiotibiales en la cara posterior del muslo y en la parte anterior se ubica el músculo extensor de la rodilla que está formado por los músculos recto femoral y 3 músculos vastos (el músculo vasto medial, vasto latera, y el vasto  intermedio) que se unen en el Tendón Rotuliano que se inserta en la tuberosidad tibial. 

Los tendones forman parte del tejido conectivo del organismo y trabajan permanentemente en el movimiento del cuerpo, por lo que la demanda sobre ellos está en directa relación con la magnitud y exigencia de la actividad física que se realice. De acuerdo a esto, la Tendinitis Rotuliana corresponde a una alteración estructural en el tendón que une la Rotula con la Tibia y se considera una lesión clásica por sobreuso.

Mecanismo

La contracción del músculo cuadriceps tracciona de los tendones del mecanismo del cuádriceps. Esta acción hace que la rodilla se extienda. La rótula actúa como un punto de apoyo de una palanca para aumentar la fuerza de los músculos del cuadriceps.
El fémur y la tibia actúan como brazos niveladores, distribuyendo la fuerza o la carga en la articulación de la rodilla y los tejidos blandos circundantes. La cantidad de carga puede ser muy importante. Por ejemplo, la carga que soportan las extremidades inferiores (incluido rodilla) son dos a tres veces el peso corporal durante la marcha normal y hasta cinco veces el peso corporal cuando se corre.

Los tendones pueden sufrir deformaciones de hasta un 4% o 5% de su longitud sin problemas, pero cuando el tendón sufre repetidas cargas mecánicas por encima de este límite de elasticidad, se generan microlesiones acumulativas que, con el tiempo, debilitan las estructuras tendinosas, y afectan a la arquitectura del tendón, haciéndolo más blando, desorganizando sus fibras de colágeno y mostrando signos de degeneración y en ocasiones, microrupturas.

Causas 

Las causas más frecuentes de este tipo de lesiones son los microtraumatismo por repetición sobre la rodilla, como por ejemplo en saltos y que se da en deportes como el básquet, voley, tenis y fútbol, entre otros. Además, es normal  en trotes sobre superficies muy duras, y el uso de calzado deportivo sin la capacidad de absorber impactos adecuadamente. A ello se suma la mala capacidad elástica de la musculatura del muslo (cuádriceps), a lo que se agrega un origen traumático (golpes sobre el tendón).
Estas lesiones se encasillan dentro de una denominación clásica dentro de la traumatología deportiva, que son las llamadas “lesiones por sobreuso”.

Síntomas 

Esta Tendinitis se caracteriza por un dolor en la zona situada entre la rótula y la parte superior-anterior de la tibia y por dificultades a la hora movilizar la rodilla. Se suele acompañar por una sensación de pérdida de fuerza en la articulación y por fuertes molestias al incorporarse tras permanecer sentado.
Si bien cada persona puede experimentar sintomatologías diferentes, las más significativas son:

- Dolor y sensibilidad en el área del tendón rotuliano.

- Hinchazón

- Dolor al saltar, correr o caminar.

- Dolor al doblar o al enderezar la pierna

- Aumento de la sensibilidad por detrás de la rótula. 

Dependiendo de la duración de los síntomas puede clasificarse en 1 a 4 estadios, de la siguiente manera:

Estadio 1: el dolor aparece sólo después de la actividad, sin alteración funcional.

Estadio 2: dolor durante y después de la actividad, aunque el paciente sigue siendo capaz de llevar a cabo satisfactoriamente su deporte.

Estadio 3: dolor prolongado durante y después de la actividad, cada vez con mayor dificultad en el desempeño a un nivel satisfactorio.

Estadio 4: rotura completa del tendón que requieren reparación quirúrgica.

Tratamiento de la Tendinitis Rotuliana

Desde que se empiecen a notar las primeras molestias o desde que se produce la lesión y hasta que sea evaluada por un médico hay que mantener la zona afectada en reposo y aplicacando frío con el fin de no agravar las lesión. 

Lo importante es esta etapa es:

- Disminuir el edema.

- Calmar el dolor.

- Reducir el espasmo muscular.

- Favorecer la recuperación.

La aplicación de frío local se realizará durante las primeras 24-48 horas desde que se produce la lesión cada 3-4 horas a intervalos de 20 minutos.

Luego comienza el proceso de rehabilitación junto al Kinesiologo para recuerar la funcionalidad de la rodilla y la vuelta a la actividad deportiva.

Prevención

Hay muchos métodos que te ayudan a no padecer una Tendinitis Rotuliana, empezando por tener unos cuádriceps fortalecidos que actuarán como una armadura evitando que todo el peso de nuestro cuerpo recaiga en la articulación de la rodilla. A la vez es importante una correcta relación entre el cuádriceps (extensores de rodilla) y los isquiotibiales (flexores de rodilla).

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