Lesión de Meniscos

01-08-2019
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Las lesiones de meniscos pueden afectar a todas las personas, sin importar su edad. En los pacientes más jóvenes se producen por situaciones deportivas, y en los de edad más avanzada por desgaste y degeneración articular.

Las roturas meniscales representan cerca del 50% de las lesiones quirúrgicas de la rodilla, siendo más frecuente la del menisco interno que las del externo.

Anatomía 

Los meniscos son dos estructuras de fibrocartílago con aspecto de medialuna que están dentro de la rodilla, entre el fémur y la tibia. Cada rodilla tiene dos meniscos, uno externo y otro interno, y su función es actuar como amortiguadores de la rodilla para distribuir las cargas generadas entre el fémur y la tibia.

Además, los meniscos mejoran la estabilidad de la rodilla debido a que su forma permite aumentar la congruencia entre las superficies articulares.

Las lesiones agudas suelen producirse en pacientes jóvenes, por mecanismos de torsión de la rodilla (giros, mal apoyo, resbalar, saltos, etc). Algunas lesiones pueden provocar bloqueos de la articulación, en donde la rodilla queda trabada en una posición.

Cirugía de meniscos

Hoy la última tendencia es realizar la cirugía únicamente cuando lesión es en forma de "asa de balde" y con el resto de los tipos de lesiones realizar tratamiento de Kinesiología.

La cirugía del menisco medial, por un tema anatómico de la rodilla, tiene una evolución más rápida y el paciente está entre 6 a 8 semanas en condiciones de volver a jugar.

En el menisco lateral los tiempos aumentan un 50% ya que la forma que tiene el compartimento lateral de la rodilla es susceptible de recibir una mayor carga cuando no existe una parte del menisco que ha sido operado.

Rehabilitación de meniscos

Se recomienda iniciar con ejercicios para la movilización de la rodilla, cadera y lumbares

La siguiente fase tiene como objetivos el fortalecimiento muscular y la propiocepción de la rodilla que se realizan con ejercicios específicos dirigidos por el kinesiólogo.

A continuación, se puede realizar el trabajo de campo donde se incorpora la carrera, los saltos y los cambios de ritmo y dirección.

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Lesión de meniscos. Anatomía, Cirugía y Rehabilitación

12-06-2018
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Las lesiones de meniscos pueden afectar a todas las personas, sin importar su edad. En los pacientes más jóvenes se producen por situaciones deportivas, y en los de edad más avanzada por desgaste y degeneración articular.

Es una patología relativamente frecuente, con una incidencia anual de 60-70 casos nuevos por 100.000 personas, siendo hasta cuatro veces más frecuente en hombres que en mujeres. Se pueden presentar a cualquier edad, pero su pico se concentra entre los 30 a 40 años de vida. Las roturas meniscales representan cerca del 50% de las lesiones quirúrgicas de la rodilla, siendo más frecuente las del menisco interno que las del menisco externo.

Anatomía 

Los meniscos son dos estructuras de fibrocartílago con aspecto de medialuna que están dentro de la rodilla, entre el fémur y la tibia. Cada rodilla tiene dos meniscos, uno externo y otro interno y su función es actuar como amortiguadores de la rodilla para distribuir las cargas generadas entre el fémur y la tibia, de hecho los meniscos son capaces de transmitir de 2 a 5 veces el peso del cuerpo durante actividad normal y hasta 20 veces durante actividades de alto impacto.

Además de esta función de amortiguación, los meniscos mejoran la estabilidad de la rodilla debido a que su forma permite aumentar la congruencia entre las superficies articulares, del femur con la tibia, y a la vez actúan como estabilizadores estáticos secundarios, esto último especialmente importante cuando existen lesiones del ligamento cruzado anterior.

Otras funciones de los meniscos son la de favorecer la lubricación del liquido sinovial en la rodilla y contribuir a la propiocepcion de la articulación. Los meniscos tienen irrigación sanguínea solo en su tercio periférico, siendo avasculares en su tercio interno, esto es lo que determina las llamadas zonas roja-roja, roja-blanca y blanca-blanca, dependiendo de si son áreas del menisco a las cuales les llega flujo sanguíneo o no. Este hecho tiene gran relevancia para decidir que lesiones son potencialmente reparables, ya que las áreas con irrigación pueden cicatrizar, en cambio las sin irrigación no lo pueden hacer.

Clasificaión

Las lesiones meniscales habitualmente se clasifican de acuerdo a la forma de la rotura: horizontales, radiales, oblicuas, vertical-longitudinal (asa de balde) y degenerativas.

Es interesante mencionar que existen algunas lesiones que son potencialmente reparables debido a que se ubican en zonas vasculares (roja-roja o roja-blanca como decías anteriormente) del menisco y tienen por lo tanto potencial de cicatrización. El otro dato importante, las lesiones degenerativas que se dan en el contexto de una articulación con artrosis, no tendrían en la mayoría de los casos una indicación de cirugía.

Síntomas y evaluación

Las lesiones meniscales agudas suelen producirse en pacientes jóvenes, por mecanismos de torsión de la rodilla (giros, mal apoyo, reslabar, saltos, etc) tras lo cual comienzan con dolor y eventualmente inflamación de la rodilla. Algunas lesiones meniscales pueden provocar bloqueos de la articulación, en donde la rodilla queda trabada en una posición, sin poder extenderla ni flexionarla, hasta que se libera el bloqueo.
Las roturas crónicas pueden tener solo dolor e inflamaciones intermitentes, especialmente en relación a la actividad física.

Dentro del examen físico el medico puede buscar signos sugerentes de lesión meniscal, aunque en ocasiones esto es difícil debido al dolor o excesivo aumento de volumen que presenta la articulación, en esos casos se indica reposo, hielo, inmovilización, antiinflamatorios y reevaluar la rodilla dentro de unos días.

La resonancia nuclear magnética de imágenes permite evaluar no solo los meniscos, sino que también otras lesiones que puede presentar la articulación. A la vez, se indican radiografías que si bien ni muestran a los meniscos permiten revelar lesiones asociadas como fracturas, osteocondritis, cuerpos libres y artrosis.

Cirugía de meniscos

- Artroscopia o Menisectomia parcial:
La meniscectomía es una cirugía mínimamente invasiva que se realiza mediante pequeñas incisiones en la rodilla, esto permite remover y estabilizar la lesión del menisco. Además, como es mínimamente invasiva, tiene una recuperación más rápida y eficiente. Hoy en día, no se realiza la menisectomía total, ya que la extirpación completa del menisco no es lo más recomendable, por el posible desgaste del cartílago y la aparición temprana de artrosis. Este tipo de cirugía se da en el 80% del los pacientes que pasan por quirófano.

- Reparación o Sutura meniscal:
Esta cirugía de meniscos es aplicable a los casos más agudos y en roturas periféricas. Es confiable, porque es menos probable desarrollar una artrosis post cirugía, esta intervención protege la rodilla y preserva al menisco. La sutura meniscal es recomendable en habitualmente en jóvenes, dependiendo de la lesión que padezcan.

Hoy la última tendencia es realizar la cirugía únicamente cuando lesión es en "asa de blade" y con el resto realizar un tratamiento conservador con kinesiología.

La cirugía de meniscos dura entre 30 y 60 minutos, y antes de las 24 horas el paciente esta de vuelta en su casa para comenzar su recuperación.

En general la cirugía meniscal es bastante segura, con tasas de complicación que en general son menores al 2%.

Tiempos de recuperación

La intervención quirúrgica del menisco medial, por un tema anatómico de la rodilla, tiene una evolución más rápida y normalmente el paciente está entre 6 a 8 semanas en condiciones de volver a jugar.

En el menisco lateral los tiempos antes mencionados se aumentan un 50% ya que la forma que tiene el compartimento lateral de la rodilla, donde está el menisco lateral, es susceptible de recibir una mayor carga cuando no existe una parte del menisco que ha sido operado.

Rehabilitación cirugía de meniscos

Después de los primeros 7-10 días tras la artroscopia de rodilla, se pueden retirar las muletas de forma progresiva, primero una después la otra. Se recomienda inciiar los ejercicios para la movilización de la rodilla y también se introducen otro tipo de ejercicios para movilizar la cadera y la zona lumbar.

Una vez finalizada esta primera fase de recuperación después de una artroscopia de rodilla, se pasa a la siguiente fase que tiene como objetivos el fortalecimiento muscular y la propiocepción de la rodilla que se realizan con ejercicios específicos dirigidos por el Kinesiólogo.

Una vez finalizada esta fase de recuperación, la rodilla tiene que tener una movilidad completa, buena musculatura y trabajada la propiocepción. A continuación se puede realizar la última fase que es la de incorporación deportiva en la cual se incorpora paulatinamente la carrera, los saltos y los cambios de ritmo y dirección.

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