El proceso de envejecimiento provoca un deterioro de la capacidad física debido a los cambios que se producen en el sistema musculoesquelético, con pérdida de masa muscular y ósea, y con pérdida de elasticidad de los tejidos. Todo ello provoca una menor fuerza y calidad muscular
Sarcopenia
Se reconoció como un problema de salud en 1989 y en 2016 fue catalogada oficialmente como enfermedad. Se trata de la pérdida progresiva de masa muscular, cuya principal consecuencia es la disminución, también progresiva, de la fuerza y del tono de los músculos de nuestro cuerpo
A partir de los 50 años, se pierde entre el 1 y el 2% de la masa muscular. Con ella, también disminuye la fuerza para levantar pesos y mover los miembros para realizar distintas actividades
Después de los 60 años, se estima que se pierde hasta un 8% de la masa muscular por cada década
Entre el 5 y el 13% de las personas entre 60 y 70 años padece Sarcopenia.
¿Qué impacto tiene la Sarcopenia?
- Aumenta el riesgo de caídas y fracturas.
- Incrementa entre 2 y 5 veces el riesgo de discapacidad. Aumenta el riesgo de internación.
- Está presente en el 20-30% de los pacientes con enfermedades autoinmunes y Parkinson.
- Se asocia con enfermedades respiratorias, cardiovasculares, hepáticas, diabetes, cáncer y demencia.
Prevención
Lo podemos resumir en mantener una alimentación adecuada y en evitar el sedentarismo
La actividad física y el fortalecimiento muscular previenen la pérdida de masa ósea (reducen la probabilidad de fracturas), las enfermedades coronarias, la hipertensión, la diabetes, la depresión. Además, las personas activas tienen un aumento menor del colesterol LDL (vulgarmente llamado "malo") y una menor disminución de HDL colesterol (vulgarmente llamado "bueno") que las personas sedentarias a igualdad de edad