En primer lugar hay que dejar claro que, por sí solo, ningún alimento, ni siquiera un llamado superalimento, puede ofrecer todos los nutrientes y la energía que necesita nuestro organismo, ni tampoco reducir el riesgo de enfermedades. El secreto a voces para mantener fuerte nuestro sistema inmune y disminuir posibles patologías es llevar una dieta saludable, hacer ejercicio físico y descansar bien
Se denomina superalimentos a aquellos que tienen propiedades beneficiosas para la salud y son 100% naturales. Su origen es principalmente vegetal y de consumo en crudo, cuentan con un alto contenido en fibra, minerales, proteínas y vitaminas como el kale, jengibre, aloe vera, quinoa y chía
Pero en la gran mayoría de los casos no hay evidencias científicas que confirmen estas virtudes. Los nutricionistas aseguran que ningún alimento en sí puede ser un superalimento y que una dieta saludable debe ser equilibrada y variada
Aún reconociendo que muchos de estos alimentos tienen grandes valores nutricionales, los expertos prefieren no utilizar el término, considerándolo más una moda que una realidad científica
Estos llamados superalimentos tienen un valor nutritivo muy interesante y pueden ser incluidos en una dieta variada, siempre y cuando se tenga en cuenta que ningún alimento es una píldora mágica que nos vaya a curar de todo
Muchas veces son percibidos como una forma de compensar una mala dieta y malos hábitos. Hay que alimentarse de forma saludable y equilibrada "en su conjunto" para tener un aporte de nutrientes adecuado. Favorecer el consumo de cereales integrales, verduras, legumbres, frutos secos, pescado y aceite de oliva, y evitar los procesados, las carnes rojas, las bebidas azucaradas y los productos abundantes en grasas saturadas