Los placebos son sustancias inertes farmacológicamente hablando que no poseen poder curativo propio sino que se basan en el efecto psicológico que produce su toma en el deportista/paciente. Así, la persona toma los placebos y cree que se trata de un medicamento realmente eficaz para conseguir su objetivo, pudiendo ser este una meta deportiva o la curación de una determinada enfermedad
La inclusión de placebos y otras sustancias o experimentos en el organismo de deportistas con el objetivo de sacar conclusiones en relación al rendimiento deportivo no son algo nuevo. De hecho, llevan realizándose desde hace décadas: cafeína, hipnosis o placebos son algunas de las investigaciones más populares
Estas investigaciones han permitido detectar la influencia de factores neurológicos y procesos psicológicos siempre que se ha utilizado placebo en términos de rendimiento deportivo. Así, el extra de motivación del deportista y el cambio en sus expectativas o en su estado de ansiedad han sido clave para desarrollar algunas conclusiones
El fisiólogo Ramzy Ross desarrolló un estudio con 15 corredores basándose en la premisa de introducir un supuesto medicamento propulsor de energía (una inyección salina que supuestamente incrementa la producción de glóbulos rojos). El resultado fue que todos los corredores afirmaron sentirse más rápidos y con mayor energía
Otro estudio del Dr. Christopher Beedie con ciclistas experimentados, que consistió en 5 vueltas de 10km, demostró que los ciclistas bajaron los tiempos en las vueltas que les indicaron que les habían suministrado cafeína cuando realmente lo que se les dio fue placebo en todas las vueltas
Es por esto que el poder de los placebos o de cualquier otra sustancia inerte en el rendimiento deportivo es claramente positivo e influyente, su utilización reforzará la mentalidad deportiva para potenciar el interés por alcanzar las metas propuestas.