La cervicalgia es una condición frecuente que se caracteriza por dolor en el cuello y hombros. Sus causas pueden ser múltiples, pero la más frecuente es la mala postura.
Se presenta en alrededor un 15% de la población activa, porcentaje que se eleva hasta a un 40% en profesiones y puestos de trabajo sedentarios, como trabajo de oficina o frente a la computadora. Es por ello que es muy importante ser conscientes de las posturas que tenemos durante el día y trabajar para corregirlas.
Para mantener una buena postura es necesario realizar ajustes en el puesto de trabajo. Por ejemplo: el escritorio, el teclado y el mouse deben estar al mismo nivel. La silla debe estar ajustada a la altura de cada persona con el asiento a la altura de las rodillas, la espalda debe estar apoyada en el respaldo y los pies apoyados en el suelo.
Dolor cervical. Pausas activas en el trabajo
Al permanecer estáticos por mucho tiempo, los músculos y articulaciones acumulan desechos tóxicos que producen fatiga. Además, al estar sentado, el cansancio se concentra comúnmente en el cuello, los hombros y también en las piernas debido a la disminución del retorno venoso, lo que ocasiona calambres y dolores en las pantorrillas y pies.
La pausas activas consisten en una rutina corta de ejercicios específicos y simples que se realizan en el mismo espacio de trabajo durante aproximadamente 10 minutos.
Los ejercicios pueden ser de elongación, caminar, movilizar los hombros y cuello de una forma determinada, yoga, ejercicios de respiración, etc.
Estas pausas ayudan a reducir algunos de los malestares provocados por la inactividad física, como por ejemplo las contracturas y el estrés, además de la fatiga física y mental. El objetivo es romper con la rutina y el sedentarismo, y evitar las malas posturas por tiempos prolongados que provocan los dolores cervicales.